Analgesicos
Los analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
forman grupos químicamente distintos que difieren en
sus acciones analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias.1
Así, por ejemplo, se conocen los derivados del ácido salicílico, los derivados del ácido propiónico, los derivados
del ácido acético, los derivados del para-aminofenol, fenamatos y ácidos enólicos, entre otros.2 Su efecto analgésico
se debe a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas,3
especialmente a la inhibición de las prostaglandinas que
muy específicamente las prostaglandinas de la serie E2, 4 ya que la inhibición de la síntesis de prostaglandinas derivadas de la ciclooxigenasa 1 (COX-1), es la responsable
de los efectos adversos gastrointestinales y renales que se
observan debido a su consumo.
El uso de los AINE se encuentra muy extendido en
el tratamiento de enfermedades artríticas, así como en
el control de la fiebre, la inflamación y el dolor agudo y
crónico,5,6 de tal manera que son considerados los fármacos de mayor prescripción y consumo.7 En el campo
de la odontología, los AINE han sido empleados en el
control del dolor y la inflamación postquirúrgicos,8-11
en el manejo del dolor pulpar,12,13 en afecciones periodontales14 y traumatismos,15 así como en tratamientos
ortodóncicos,16 entre otros. La utilización de AINE en
odontología es variada y se emplean fármacos tales como
piroxicam y naproxeno;17 diclofenaco y celecoxib;18 ácido acetilsalicílico, ibuprofeno y paracetamol,19 aunque las
preferencias de elección parece ser que podrían cambiar
de acuerdo con la temporalidad.2
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